- Ojos normales o almendrados.
- Ojos juntos o estrechos: Estos son todo lo contrario a los ojos separados. Están más juntos de lo habitual, estando así los lagrimales muy cerca de la nariz.
Un consejo a la hora de maquillar este tipo de ojos es intentar que se vean más separados, evitando utilizar eyeliner en la zona del lagrimal.
- Ojos hundidos: Generalmente, en este tipo de ojos, la piel del párpado se percibe más prominente en el borde exterior. También se nota una especie de “hueco” debajo del hueso de las cejas.
- Lo más importante en este tipo de ojos es aportar mucho brillo a través del maquillaje, haciendo que los ojos destaquen. Optar por tonos claros es una buena decisión.
- Ojos saltones o prominentes: Se trata de ojos prominentes y elevados, con respecto al nivel del rostro. Son fáciles de reconocer. En los ojos saltones el globo ocular se percibe de forma más prominente, su tamaño también es mayor.
Este tipo de ojos destaca aunque no se utilice maquillaje.
- Ojos asiáticos: Se trata de ojos alargados y más pequeños que los ojos normales. Los pliegues de los párpados no son visibles, por lo que generalmente hay un espacio mayor entre el propio ojo y la ceja.
- Ojos caídos : Es posible que te hayas sentido identificado con la forma de los ojos almendrados, pero has observado que los tuyos en lugar de inclinarse hacia arriba en sus bordes exteriores, se inclinan hacia abajo. En este caso tus ojos son lo que se denomina ojos caídos.
Lo habitual para este tipo de ojos, a la hora de maquillarlos, es tratar de levantar la mirada. Para conseguir ese efecto debes utilizar un buen eyeliner y sombras degradadas.
- Ojos apartados.Es fácil reconocer este tipo de ojos. Se ven pequeños en relación al resto de los rasgos del rostro, ya que la distancia que separa a uno del otro, es mayor que la extensión de una ojo.
Al maquillar los ojos separados, es habitual intentar contrarrestar esta separación mediante un delineado interior, que llegue incluso al lagrimal.
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